domingo, 15 de noviembre de 2015

LA EVOLUCIÓN DE LA IMAGEN.

LA TRÍADA DE MICERINOS:
Esta escultura se titula La Tríada de Micerinos, su autor es desconocido y fue tallada directamente sobre piedra entre los años 2530-2500 a.C. Se encuentra expuesta en el Museo El Cairo, Egipto.
La obra representa al faraón Micerinos (figura central), el cual aparece con la corona del Alto Egipto y acompañado por dos mujeres. La de su derecha, se corresponde con la diosa Hathor (está caracterizada con unos cuernos en la cabeza), la de su izquierda, parece ser la diosa protectora del nomo de Cinopolis (en su cabeza encontramos su emblema característico).
En esta imagen, podemos observar totalmente el hieratismo egipcio. Este recurso se caracteriza por la búsqueda de idealización y un extraordinario ensalzamiento de lo que representan. Realmente, pretenden colmar de adoración a las figuras representadas para que sean admiradas y vistas desde la inferioridad del público. Esto provoca distanciamiento y sobriedad, efectos conseguidos mediante la inexpresividad de emociones y la rigidez característica de los cuerpos, (totalmente erguidos e inmutables).
Por ello, las tres figuras no transmiten ningún tipo sentimiento en los rostros y se encuentran en tensión, en una posición claramente rígida.

LAOCOONTE Y SUS HIJOS:
Es una de las obras más representativas del período helenístico. Aunque no se sabe con seguridad, parece que esta famosa escultura fue realizada en el s.I d.C., para un mecenas romano por los artistas Agesandro, Polidoro, Atenodoro, de la Escuela de Rodas.
El grupo representa a Laocoonte, sacerdote troyano de Apolo, en el momento en el que va a ser devorado por dos grandes serpientes marinas.
En el Arte Helenístico, (comparándolo con el Egipcio), encontramos muchísimas innovaciones. Para empezar, el estudio de la anatomía estaba muy conseguido. También, se estudiaron los ropajes, consiguiendo incluso la transparencia de éstos. Todo esto no era más que una búsqueda exhaustiva de la expresividad y el movimiento (flexibilidad, dolor, vejez...)
La obra del Laocoonte, está llena de movimiento y genera una atmósfera de angustia y dolor a través de la gran expresividad que encierran en sus rostros.

MOCHETA SAN MIGUEL DE ESTELLA:
El románico fue un estilo artístico predominante en Europa durante los siglos XI, XII y parte del XIII. Fue el primer gran estilo claramente cristiano y europeo y consiguió formular un lenguaje específico y coherente. Además, agrupó a las diferentes opciones que se habían utilizado en la Edad Media (romana, bizantina, árabe...)
Este Arte destaca, principalmente, por su imaginativa escultura y su bestiario y simbolismo medieval. Es decir, las figuras que vemos representadas son símbolos que intentan evocar a otros conceptos y seres.
En el mocheta de la Iglesia de San Miguel (Estella) que vemos en la imagen, observamos a un león (animal frecuentemente empleado en este arte al igual que el águila, el grifo...) que representa nobleza y fuerza. Su función es la de guardián del templo, que nos advierte de que al cruzar la puerta llegaremos a un lugar sagrado. Realmente, parece ser, que este león estaba destinado para representar y simbolizar a Cristo.
EL SANTO ENTIERRO:

Es una de las obras maestras de Caravaggio. Está realizada al óleo sobre lienzo. Fue pintada hacia 1602-1604 y se conserva en la Ciudad del Vaticano. La pintura muestra a San Juan y Nicodemo sosteniendo con esfuerzo el cuerpo de Cristo muerto, mientras detrás se encuentran la Virgen María, María Magdalena y María de Cleofás.
La obra pertenece al dramatismo barroco, debido a su fuerte contrate entre luces y sombras, el predominio del color frente al contorno, la búsqueda del realismo contrastado con lo teatral y lo dramático, una gran expresividad y conseguido movimiento...
En este Santo Entierro observamos claramente ese contraste de luces donde queda iluminada la escena principal, con colores vivos, movimiento de los cuerpos y la gran expresividad de los rostros.

LAS ESPIGADORAS:
Es un cuadro del pintor francés Jean-François Millet. Pintado al óleo en 1857. El cuadro actualmente se encuentra en exhibición permanente en el Museo de Orsay, en París.
Se trata de una representación realista de mujeres espigando, ya que Millet se especializó en los temas campesinos. Es considerado un autor realista porque pintaba lo que le rodeaba (fue un hombre humilde y vivió sumido en la pobreza).
En Las Espigadoras, Millet representa el entorno completo, el paisaje, la profundidad... Muestra preocupación por la textura, el diseño y la técnica para representar el cuerpo, volúmenes bien representados, colores degradados... Además, aborda temas cotidianos algo muy característico en este tipo de pintura.

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